La AIE advierte sobre una inminente disminución del suministro de petróleo sin una inversión sustancial
La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha emitido una advertencia crítica con respecto a la estabilidad futura del suministro mundial de petróleo, indicando que una inversión anual de aproximadamente 540 mil millones de dólares es esencial para evitar una disminución significativa y sostenida de la producción hasta 2050. Esta inyección sustancial de capital no se enmarca como una proyección de crecimiento, sino como una necesidad de "modo de mantenimiento", crucial para contrarrestar las tasas de agotamiento aceleradas en los campos petroleros existentes. Sin este nivel de reinversión upstream continua, la AIE proyecta que la producción mundial de petróleo podría enfrentar una disminución anual que exceda los 5 millones de barriles por día (bpd), un volumen comparable a la producción combinada de Brasil y Noruega.
Las tasas de declive aceleradas impulsan la imperativa de inversión
La imperativa de una mayor inversión proviene de las tasas de declive natural rápidamente aceleradas de los campos de petróleo y gas en todo el mundo. Esta tendencia se atribuye en gran medida a una mayor dependencia de recursos no convencionales, particularmente el petróleo de esquisto de EE. UU. y las reservas en aguas profundas, que exhiben curvas de declive más pronunciadas en comparación con los campos convencionales tradicionales. Por ejemplo, los pozos de esquisto suelen perder entre el 70% y el 90% de su capacidad de producción en los primeros tres años de operación, con descensos en el año inicial que oscilan entre el 65% y el 80%, seguidos de un 20% a 40% adicional anualmente. Este rápido agotamiento requiere perforaciones y desarrollo continuos, lo que obliga a la industria a "correr mucho más rápido solo para mantenerse en su lugar". El análisis de la AIE revela que desde 2019, casi el 90% de la inversión anual upstream en petróleo y gas se ha dedicado a compensar estos declives de producción, en lugar de fomentar un nuevo crecimiento de la oferta.
Dinámica del mercado y cambios en el poder de fijación de precios
Si bien se proyecta que el gasto global en petróleo y gas alcanzará aproximadamente 570 mil millones de dólares en el año actual, técnicamente suficiente para mantener la producción, la AIE señala una modesta disminución con respecto a los niveles de 2024. Este escenario sugiere un estrecho margen de error; incluso una pequeña reducción en la inversión upstream podría conducir a un endurecimiento significativo del suministro futuro. Tal retroceso probablemente apoyaría los precios del petróleo, incluso si la demanda global se estabiliza, al crear una escasez de suministro. Esta dinámica podría desplazar el poder de fijación de precios hacia las empresas que demuestran una asignación de capital disciplinada en el sector upstream y concentrar aún más la influencia entre las naciones de la OPEP+, cuya participación en la producción mundial de petróleo se proyecta que aumentará significativamente del 43% actual a más del 65% para 2050 bajo tasas de declive naturales.
Respuestas corporativas: la doble estrategia de ExxonMobil y Chevron
Las principales compañías petroleras integradas como ExxonMobil (XOM) y Chevron (CVX) están navegando este complejo panorama de inversión con estrategias matizadas. ExxonMobil anticipa gastos de capital anuales entre 22 mil millones y 27 mil millones de dólares de 2025 a 2027, con una porción notable asignada a iniciativas de Soluciones Bajas en Carbono (LCS). Simultáneamente, la compañía planea invertir entre 28 mil millones y 33 mil millones de dólares anuales de 2026 a 2030 para reforzar su producción principal de petróleo y gas, una estrategia significativamente mejorada por su adquisición de Pioneer Natural Resources. De manera similar, Chevron ha delineado un rango de gastos de capital orgánicos de 14.5 mil millones a 15.5 mil millones de dólares para 2025, dedicando aproximadamente 1.5 mil millones de dólares a reducir la intensidad de carbono y hacer crecer los negocios de Nuevas Energías. Si bien reduce su gasto en la cuenca del Permian para priorizar el flujo de caja libre, se espera que la adquisición de Hess por parte de Chevron impulse su flujo de caja libre en 1.5 mil millones de dólares anuales para 2026. Ambas compañías ejemplifican una estrategia dual, invirtiendo en la transición energética mientras reafirman su compromiso con la producción de hidrocarburos.
Implicaciones económicas y geopolíticas más amplias
La postura actualizada de la AIE, que pasa de su llamado de 2021 a no invertir en nuevos combustibles fósiles a un énfasis en la matemática de la producción, subraya la importancia estratégica de una asignación de capital sostenida. La subinversión en el sector del petróleo y el gas conlleva implicaciones más amplias significativas, incluidas posibles vulnerabilidades para la seguridad energética. Sin una inversión continua, las economías avanzadas que dependen de fuentes no convencionales de rápido declive podrían enfrentar rápidas disminuciones de producción (un estimado del 65% en la próxima década), mientras que regiones como Oriente Medio y Rusia, con sus campos supergigantes convencionales de declive más lento, verían reducciones menos pronunciadas (45%). Este desequilibrio podría conducir a una mayor concentración del suministro mundial. Además, la subinversión contribuye a las presiones inflacionarias, ya que la demanda de energía es relativamente inelástica, lo que significa que precios más altos del petróleo y el gas se traducen directamente en mayores ingresos para los productores y mayores costos económicos en general.
Perspectivas: Apoyo sostenido de precios y escrutinio de inversiones
La necesidad continua de una inversión de capital sustancial simplemente para mantener los niveles actuales de producción mundial de petróleo sugiere un apoyo estructural para precios del petróleo sostenidamente más altos a largo plazo, incluso en medio de fluctuaciones o excedentes de demanda a corto plazo. El "efecto Reina Roja", donde la industria debe invertir continuamente más simplemente para mantener la producción plana, intensificará el escrutinio de las estrategias de asignación de capital en todo el sector de petróleo y gas. Los inversores favorecerán cada vez más a las empresas que puedan gestionar eficientemente las tasas de declive, asignar capital de manera efectiva entre fuentes de energía tradicionales y nuevas, y asegurar la producción a largo plazo, ya que el equilibrio entre la oferta, la demanda y la inversión sigue siendo un determinante crítico de la estabilidad futura del mercado y la seguridad energética. La tensión entre las preocupaciones de sobreoferta a corto plazo y el riesgo a largo plazo de shocks de suministro debido a la subinversión seguirá definiendo las perspectivas del mercado.