Ford Motor Company ha anunciado la retirada de aproximadamente 1,45 millones de vehículos en EE. UU. debido a un sistema defectuoso de cámara de visión trasera, lo que contribuye a un patrón de problemas de calidad y genera importantes costos financieros y de reputación. Esta acción forma parte de una retirada global más amplia que afecta a 1,9 millones de vehículos y se produce tras una sustancial sanción civil de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) por deficiencias anteriores en las retiradas.
Apertura
Ford Motor Company ha iniciado una importante llamada a revisión de aproximadamente 1,45 millones de vehículos en los Estados Unidos, citando preocupaciones con un sistema de cámara de visión trasera defectuoso. Este último anuncio se suma a una serie de desafíos relacionados con la calidad que enfrenta el fabricante de automóviles, lo que provoca incertidumbre en el mercado y una mayor supervisión regulatoria.
El evento en detalle
La llamada a revisión se dirige a una gama de modelos populares de Ford y Lincoln producidos entre 2015 y 2019. Los vehículos afectados en EE. UU. incluyen el Lincoln MKC 2015-2019, el Lincoln Navigator 2015-2017, el Expedition 2015-2017, el Ford Ranger 2019, y varios otros modelos como el Mustang, F-250, F-350, F-450, F-550, Edge, Transit, Transit Connect y Econoline. A nivel mundial, la llamada a revisión abarca aproximadamente 1,9 millones de vehículos, con 122.000 adicionales en Canadá y alrededor de 300.000 en otros mercados internacionales.
El núcleo del problema radica en un defecto del sistema de cámara de visión trasera que puede hacer que la pantalla muestre imágenes invertidas, distorsionadas o en blanco cuando un conductor está dando marcha atrás. Este defecto, que afecta a un estimado del 2,7% de los vehículos retirados, plantea un riesgo de seguridad potencial. Ford ha reconocido 44.123 reclamaciones de garantía globales y 18 accidentes vinculados al problema, aunque no se han reportado lesiones. Los propietarios de los vehículos afectados tienen programado recibir cartas de notificación a partir del 22 de septiembre de 2025, detallando el proceso de inspección y reemplazo gratuito de las cámaras defectuosas.
Análisis de la reacción del mercado
Tras el anuncio de la llamada a revisión, las acciones de Ford Motor Company (F) registraron pérdidas de hasta el 1,41%, cotizando cerca de los 11,52 dólares durante las transacciones del mercado de valores de EE. UU. Esta caída inmediata refleja la aprensión de los inversores con respecto a las implicaciones financieras y el posible daño a la marca asociado con los problemas de calidad en curso. Si bien la acción había avanzado un 23,4% durante los seis meses anteriores, impulsada por ventas más sólidas y el crecimiento de los vehículos electrificados, la llamada a revisión subraya un desafío persistente que podría atenuar el optimismo futuro.
Contexto e implicaciones más amplias
Esta llamada a revisión no es un incidente aislado, sino más bien el último de una serie de preocupaciones de control de calidad para Ford. La compañía ha emitido más de 100 llamadas a revisión solo este año, lo que ha generado importantes tensiones financieras. Los costos de garantía de Ford aumentaron un 22% interanual en 2024, alcanzando los 6 mil millones de dólares. Los analistas estiman que los gastos totales de llamadas a revisión para Ford podrían superar los 5 mil millones de dólares en 2025. En el último trimestre reportado, la compañía registró cargos de 570 millones de dólares relacionados con una importante llamada a revisión para abordar inyectores de combustible defectuosos.
El entorno regulatorio también se ha intensificado. En noviembre de 2024, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) impuso una multa civil de 165 millones de dólares a Ford por no retirar a tiempo los vehículos con cámaras de visión trasera defectuosas. Esta multa incluyó un pago inicial de 65 millones de dólares, una cantidad diferida de 55 millones de dólares y 45 millones de dólares asignados a obligaciones de desempeño destinadas a mejorar el cumplimiento de Ford con las regulaciones de seguridad y mejorar su infraestructura de análisis de datos. Un tercero independiente supervisará el cumplimiento de Ford con estas obligaciones durante un mínimo de tres años.
El efecto acumulativo de estos problemas de calidad se extiende más allá de los costos financieros directos, impactando la reputación de la marca Ford y la confianza del consumidor. La puntuación neta de promotores (NPS) de la compañía, de 32, está por debajo del promedio de la industria de 41, lo que indica una posible crisis en la confianza del consumidor. Financieramente, Ford se enfrenta a un panorama desafiante, con una pérdida pronosticada de más de 5 mil millones de dólares en su segmento de vehículos eléctricos este año. Sus márgenes operativos se contrajeron al 2,82% en 2024 desde el 3,1% en 2023, y los costos de garantía ahora representan el 4% de los ingresos. El ratio deuda/capital de la compañía se sitúa en 3,56, lo que sugiere un alto nivel de deuda, y su Altman Z-Score de 1,01 la sitúa en una zona de dificultad, lo que indica una posible inestabilidad financiera.
Comentarios de expertos
Los informes de la industria destacan una "debilidad estructural en el modelo de negocio de Ford" derivada de estos problemas recurrentes de control de calidad. Los observadores señalan que si bien la dirección de Ford ha articulado compromisos para mejorar la calidad, estas garantías no se están "traduciendo consistentemente en resultados tangibles" en el frente operativo.
"Las perspectivas a largo plazo de Ford dependen de su capacidad para ejecutar eficazmente sus iniciativas de mejora de la calidad. Por ahora, la evidencia sugiere que las garantías de la gerencia no se están traduciendo en resultados tangibles."
Algunos analistas sugieren que "los inversores que buscan crecimiento deberían buscar competidores con una disciplina operativa más sólida" mientras Ford navega por estos desafíos.
Mirando hacia el futuro
El futuro inmediato de Ford implica abordar las ramificaciones logísticas y financieras de esta última llamada a revisión. La supervisión continua de la NHTSA garantizará el cumplimiento de los términos de la orden de consentimiento, lo que podría conducir a sanciones adicionales si no se cumplen las obligaciones de desempeño. El drenaje financiero sostenido de las llamadas a revisión y los gastos de garantía también podría afectar la capacidad de Ford para asignar capital a inversiones estratégicas, particularmente en sus segmentos de vehículos eléctricos y tecnología autónoma. Reparar su imagen de marca dañada y reconstruir la confianza del consumidor será un esfuerzo a largo plazo para el fabricante de automóviles, influyendo en las ventas futuras y la posición en el mercado. Los inversores seguirán de cerca el progreso de Ford en eficiencia operativa y control de calidad como indicadores clave de su viabilidad a largo plazo y potencial de crecimiento.



