China, Exxon Mobil y Chevron se oponen a una norma propuesta por la EPA que recortaría los incentivos para el diésel renovable fabricado con materias primas importadas, citando posibles interrupciones en el comercio, daños a los productores de combustible de EE. UU. y la reducción de los esfuerzos de emisión de carbono.
El cambio en la política de biocombustibles genera oposición de China y las principales refinerías de petróleo
Las acciones estadounidenses cerraron con una notable atención en el sector energético, ya que una propuesta de norma de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) desató un debate significativo y una inusual alineación de oposición por parte de China y las principales refinerías de petróleo de EE. UU., incluyendo Exxon Mobil Corp. (XOM) y Chevron Corp. (CVX).
El evento en detalle: Incentivando la producción nacional de biocombustibles
La controversia se centra en la propuesta de la EPA de junio, que tiene como objetivo reducir en un 50% los Números de Identificación Renovable (RINs) otorgados al diésel renovable fabricado a partir de ingredientes importados en comparación con los de las materias primas nacionales. Los RINs son créditos de cumplimiento cruciales para las refinerías de petróleo bajo el Estándar de Combustibles Renovables (RFS). Esta medida busca impulsar la producción nacional de biocombustibles incentivando el uso de materias primas de origen estadounidense como el aceite de soja, el aceite de cocina usado (UCO) y el aceite de maíz de destiladores (DCO). Se espera que la EPA finalice su decisión sobre las obligaciones de mezcla y la política de créditos de biocombustibles para 2026 y 2027 a fines de octubre.
Análisis de la reacción del mercado: Márgenes de beneficio y preocupaciones de la cadena de suministro
Las principales refinerías de petróleo, incluidas Exxon Mobil Corp., Chevron Corp. y productores independientes de diésel verde como Diamond Green Diesel LLC, han expresado una fuerte oposición al cambio propuesto. Sus preocupaciones se derivan del temor a márgenes de beneficio comprimidos y una desventaja competitiva para las instalaciones diseñadas específicamente para procesar materias primas importadas. Muchas de estas refinerías estadounidenses han invertido fuertemente en plantas optimizadas para importaciones por vía acuática de aceites usados y sebo de res. Reducir a la mitad el valor del RIN para los combustibles importados afecta directamente la rentabilidad de estas operaciones, ya que el cambio a alternativas nacionales a menudo implica mayores costos de transporte por camión y ferrocarril.
Agregando una dimensión geopolítica, China, un proveedor principal de aceite usado y aceite de cocina usado para el mercado estadounidense de diésel renovable, ha advertido oficialmente a la EPA que estas nuevas regulaciones podrían dañar las relaciones comerciales, reducir la eficiencia de refinación de EE. UU. e impedir los objetivos de reducción de emisiones de carbono al crear barreras en las cadenas de suministro transfronterizas. La inusual alineación de estas diversas entidades subraya la naturaleza globalizada del mercado del diésel renovable y el potencial de una interrupción significativa por los cambios de política.
Contexto más amplio e implicaciones: Un cambio estructural en el abastecimiento de materias primas
La norma propuesta por la EPA, junto con un proyecto de ley complementario aprobado por la Cámara de Representantes (que se espera que llegue al Senado este otoño) que bloquea los créditos fiscales para los biocombustibles que utilizan materias primas importadas, señala un esfuerzo concertado para crear un impulso estructural para los proveedores nacionales de biocombustibles. Según las estimaciones de la EPA, estas medidas combinadas podrían resultar en un cambio de mercado anual de 1.500 millones de dólares hacia las materias primas estadounidenses para 2027. Este cambio ya se ha manifestado en el mercado; los precios internos del UCO han subido un 30% en lo que va del año a medida que las refinerías buscan activamente suministros locales.
Para satisfacer la demanda anticipada, el USDA pronostica que la capacidad de trituración de soja de EE. UU. se expandirá un 20% para 2026. Las empresas con importantes activos de materias primas nacionales, como las involucradas en la gestión de residuos, están preparadas para beneficiarse. Sin embargo, la medida no está exenta de críticas. Michael McAdams, presidente de la Asociación de Biocombustibles Avanzados (ABFA), destacó las posibles consecuencias negativas:
"Esta norma, tal como está redactada actualmente, podría amenazar la inversión continua, limitar el acceso de los consumidores a combustibles innovadores fabricados en Estados Unidos y aumentar artificialmente los precios."
Los estudios de la ABFA sugieren que si bien el suministro nacional de materias primas podría ser suficiente para los volúmenes proyectados de la EPA, satisfacer la demanda más amplia del mercado (estimada en 7 mil millones de galones para 2027) requerirá un acceso continuo a los mercados globales. La reducción de RIN propuesta para las importaciones podría introducir presiones de costos significativas, creando potencialmente una prima de 250 a 400 dólares por tonelada métrica para las materias primas nacionales, y potencialmente elevando los precios de los RIN D4 en 0,42 dólares por cada aumento de 200 dólares/tonelada métrica en los precios del aceite de soja de EE. UU.
Mirando hacia adelante: Decisiones regulatorias y volatilidad del mercado
Los inversores deberían monitorear varios catalizadores clave en los próximos meses. La decisión final de la EPA sobre las obligaciones de mezcla y la política de créditos de biocombustibles para 2026 y 2027, prevista para fines de octubre, será un determinante crítico. Además, la votación del Senado sobre el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes con respecto a la exclusividad de los créditos fiscales para las materias primas nacionales moldeará significativamente el mercado. Se espera que estos hitos regulatorios induzcan oscilaciones del 20-30% en los precios de las materias primas, como lo demuestra el salto del 15% en los futuros del aceite de soja en una sola semana después de la filtración de la propuesta de la EPA en junio. Empresas como Bunge (BG), que controlan las instalaciones de trituración de soja, y aquellas que se están volcando a las materias primas de EE. UU., como Neste (NEVT), merecen una observación cercana por su adaptabilidad a estas dinámicas de mercado en evolución.