Goldman Sachs alerta sobre un cambio en la dinámica del mercado de bonos

Los estrategas de Goldman Sachs, George Cole y William Marshall, han emitido una notable advertencia, señalando un cambio inminente en la presión de venta hacia los mercados de bonos a cinco años en Japón y Alemania. Este segmento del panorama mundial de renta fija, considerado durante mucho tiempo un "punto dulce" por su relativa estabilidad, ahora se considera vulnerable. Los estrategas atribuyen esta reevaluación a una combinación de una mejora del impulso económico y unas posturas de política monetaria cada vez más restrictivas dentro de estas importantes economías, reescribiendo eficazmente el manual establecido para los inversores en bonos.

Análisis detallado de los cambios económicos y políticos

Japón: Repunte económico y normalización monetaria

Las previsiones de Goldman Sachs indican sólidas mejoras económicas para Japón. Las proyecciones de crecimiento del PIB real se han actualizado al 0,9% para 2025 y al 0,7% para 2026. Las previsiones de exportación para estos años también han experimentado un aumento de casi 2 puntos porcentuales, respaldadas por una suposición de volúmenes de exportación de automóviles estables a EE. UU. Además, las previsiones de gasto de capital han aumentado en 0,5 puntos porcentuales, lo que refleja una menor incertidumbre y un fuerte apetito por la inversión empresarial. Se prevé que el crecimiento económico real supere el 1% en 2025, impulsado por el aumento de los salarios reales que superan los aumentos de precios, lo que debería impulsar la demanda interna y el crecimiento del consumo por encima del 1%.

Al mismo tiempo, el Banco de Japón (BOJ) se está embarcando en un camino de normalización monetaria. Se espera que el banco central mantenga un enfoque cauteloso ante las subidas de tipos de interés, con el próximo aumento proyectado para enero de 2025, seguido de otro en julio de 2025. Se espera que este proceso gradual implique dos subidas de 25 puntos básicos (pb) anualmente, con el objetivo de una tasa de política terminal del 1,5%. Esta normalización generalmente se considera beneficiosa para los bancos, ya que se espera que empine la curva de rendimiento. El BOJ también está reduciendo gradualmente su programa de compra de bonos, y las compras mensuales se reducirán de 6 billones de yenes a 3 billones de yenes para 2026. Si bien una reciente subasta de bonos a cinco años en Japón todavía atrajo una fuerte demanda, lo que sugiere que algunos inversores se adhieren a narrativas más antiguas, la emisión a largo plazo, particularmente los Bonos del Gobierno Japonés (JGB) a 40 años, mostró la demanda más débil desde 2011, con rendimientos que aumentaron 5 puntos básicos después de la subasta a 3,335%.

Alemania: Expansión fiscal y menor acomodación del BCE

Para Alemania, Goldman Sachs ha revisado su pronóstico de crecimiento económico para 2025 al alza al 0,2%, un aumento de 0,2 puntos porcentuales. Esta mejora se debe en gran medida a la perspectiva de un aumento del gasto militar y en infraestructura, ya que el gobierno alemán planea flexibilizar las reglas fiscales para financiar casi 1 billón de euros en iniciativas de defensa e infraestructura. La disminución de la escasez de energía y el creciente apoyo a la inversión en la transición energética verde de Alemania también contribuyen a este impulso positivo. Se espera que un aumento significativo en el suministro de gas natural licuado (GNL) de 2025 a 2028 también conduzca a un exceso de oferta material en el mercado global de gas, beneficiando a Alemania.

En cuanto a la política monetaria, Goldman Sachs ha revisado su perspectiva para el Banco Central Europeo (BCE). Se anticipa que el aumento del gasto fiscal en Alemania disminuirá la presión sobre el BCE para reducir las tasas por debajo de un nivel neutral. En consecuencia, Goldman Sachs ya no espera que el BCE implemente un recorte de tasas de 25 puntos básicos en su reunión de política de julio de 2025, una reversión de las proyecciones anteriores. Se estima que la tasa de interés de referencia del BCE alcanzará el 2% en junio de 2025, lo que indica una postura política más estricta de lo anticipado anteriormente. En el mercado de bonos alemán, los rendimientos de los bunds a cinco años ya han disminuido más de 30 puntos básicos desde su pico de marzo, superando la caída de aproximadamente 25 puntos básicos observada en los bonos a 10 años.

Reevaluando el papel del bono a cinco años

Históricamente, el bono a cinco años ha ocupado una posición única en el mercado de renta fija, actuando como un "punto dulce" que ofrecía aislamiento de las sensibilidades extremas de la deuda a corto plazo (impulsada por la política del banco central) y los bonos más largos (susceptibles a la inflación y las preocupaciones por el déficit). Sin embargo, los estrategas de Goldman Sachs ahora sostienen que una "modesta mejora de las condiciones macroeconómicas combinada con una política menos acomodaticia" está transformando este antiguo refugio en un peligro.

Este sentimiento se hace eco en observaciones más amplias del mercado. Jenna Barnard, directora de bonos globales de Janus Henderson Investors, señala que a pesar de los recortes de tasas de los bancos centrales durante el año pasado, los bonos del gobierno a largo plazo han tenido dificultades a lo largo de 2025, una tendencia no limitada a EE. UU. o Reino Unido, sino observada a nivel mundial. Los factores clave que contribuyen al aumento de los rendimientos a largo plazo incluyen una "huelga de compradores" por parte de los inversores institucionales, particularmente para bonos de 30 años o más, el endurecimiento cuantitativo continuo a medida que los bancos centrales reducen sus tenencias de bonos y las crecientes preocupaciones con respecto a los déficits fiscales.

Implicaciones de mercado más amplias y posicionamiento de los inversores

El rendimiento inferior anticipado de los bonos a cinco años en Japón y Alemania sigue una tendencia en la que ambas economías ya han demostrado rendimientos totales de bonos más bajos en comparación con otros mercados desarrollados en 2025. Si la inflación o el crecimiento superaran las expectativas actuales, el sector de bonos a cinco años podría convertirse en una fuente importante de tensión financiera y pérdidas para los inversores.

El panorama global de renta fija se complica aún más por una divergencia en las políticas monetarias entre los principales bancos centrales. Si bien se espera que el BCE recorte las tasas, la Reserva Federal de EE. UU. ha pausado su ciclo de relajación, y el Banco de Japón avanza hacia un endurecimiento. Esta divergencia crea oportunidades significativas para estrategias de gestión activa, lo que permite a los gestores de fondos experimentados capitalizar los diferentes entornos de tasas de interés. Los inversores ya están reasignando activos; por ejemplo, las aseguradoras japonesas están moviendo capital, lo que influye en los mercados de deuda de EE. UU. y la dinámica del yen japonés. El desmantelamiento del carry trade del yen se está acelerando, con el capital regresando a Japón a medida que aumentan los rendimientos de los JGB, lo que fortalece el yen y reduce la liquidez global.

Según el Estudio de incumplimiento de renta fija de UBS AM, se espera que 2025 vea un aumento en las tasas de incumplimiento en los mercados desarrollados, aunque estos involucran principalmente grandes estructuras de capital en dificultades. Los mercados de crédito público se beneficiarán de una mayor liquidez y atractivas oportunidades de valor relativo, atrayendo fuertes flujos, particularmente de fondos de pensiones que reducen el riesgo de sus carteras y aseguradoras que aumentan las asignaciones de bonos.

Perspectivas y consideraciones clave para los inversores en renta fija

La advertencia de Goldman Sachs subraya un cambio fundamental en el cálculo del riesgo para los inversores en renta fija. La expectativa de presión de venta implica posibles pérdidas de capital para los tenedores actuales de bonos a cinco años en Japón y Alemania. En consecuencia, es probable que los inversores institucionales y los gestores de fondos reevalúen sus carteras de renta fija, posiblemente trasladando las inversiones hacia otros vencimientos o clases de activos que ofrezcan rendimientos ajustados al riesgo más favorables.

El rendimiento futuro de estos segmentos de bonos dependerá en gran medida de la trayectoria real de la inflación y el crecimiento económico en ambas regiones. Este desarrollo también señala una posible reevaluación más amplia de los activos tradicionalmente seguros en todo el mercado global de bonos, fomentando una mayor incertidumbre. En este entorno en evolución, las estrategias de gestión activa que puedan adaptarse a las políticas divergentes de los bancos centrales y explotar las oportunidades de valor relativo serán cada vez más cruciales para navegar por el panorama de la renta fija en los próximos meses y años.