El sector manufacturero de EE. UU. está experimentando una desaceleración significativa en el crecimiento del empleo y la actividad, atribuida en gran parte al impacto del aumento de los aranceles comerciales. Si bien sectores específicos enfrentan vientos en contra considerables y costos crecientes, los indicadores económicos más amplios y los análisis de expertos sugieren que la economía de EE. UU. podría evitar una recesión, a pesar de estos desafíos.
Los mercados de valores de EE. UU. están monitoreando de cerca los datos económicos, particularmente los informes de empleo y los indicadores manufactureros, mientras la nación navega por un complejo panorama influenciado por la evolución de las políticas comerciales. Datos recientes revelan una desaceleración notable en la creación de empleo dentro del sector manufacturero, una tendencia en gran parte vinculada a la implementación de nuevos regímenes arancelarios, sin embargo, los analistas ofrecen una perspectiva cautelosamente optimista con respecto a una desaceleración económica más amplia.
El sector manufacturero enfrenta importantes vientos en contra
El sector manufacturero estadounidense se encuentra actualmente en una prolongada desaceleración, marcada por una erosión constante de empleos y una contracción sostenida de la actividad. En agosto de 2025, los fabricantes estadounidenses eliminaron 12,000 empleos, contribuyendo a una pérdida total de 42,000 empleos manufactureros desde abril de 2025. Durante el año pasado, casi 80,000 puestos manufactureros han desaparecido, marcando el período continuo de pérdida de empleos más largo desde 2020.
Esta disminución ha sido particularmente pronunciada en el sector de bienes duraderos, incluyendo industrias como la automotriz, electrodomésticos y electrónica. Solo el sector de equipos de transporte experimentó más de 14,000 pérdidas de empleos en agosto. Subrayando aún más la contracción del sector, el Índice de Gerentes de Compras (PMI) de manufactura del Instituto de Gestión de Suministros (ISM) registró 48.7% en agosto de 2025. Una lectura del PMI por debajo del 50% indica contracción, y esto marca el sexto mes consecutivo de actividad decreciente para el sector. En general, el mercado laboral de EE. UU. agregó solo 22,000 empleos en agosto, continuando una desaceleración, y la tasa de desempleo subió a 4.3%, su nivel más alto desde 2021.
Los aranceles como motor principal de la incertidumbre económica
Las políticas arancelarias del gobierno de 2025, enmarcadas como una estrategia para reactivar la manufactura estadounidense, se identifican como un factor principal que frena el crecimiento del empleo y crea riesgos económicos y de inversión significativos. Impuestos de hasta el 50% sobre socios comerciales clave han llevado a los fabricantes a enfrentar costos de insumos altísimos, ya que casi un tercio de sus bienes intermedios son importados. Por ejemplo, una empresa de equipos eléctricos supuestamente aumentó los precios en un 24% para compensar los aranceles y recortó el 15% de su fuerza laboral.
Estos aumentos de costos impulsados por los aranceles han reducido los márgenes de fabricación, lo que ha llevado a grandes empresas como Caterpillar (CAT) y Yum Brands (YUM) a emitir advertencias sobre posibles interrupciones en la cadena de suministro y una rentabilidad reducida. Los efectos dominó se han extendido a sectores relacionados, con el comercio mayorista perdiendo 34,000 empleos y la fabricación de equipos de transporte perdiendo 14,500 puestos.
Implicaciones económicas más amplias y perspectivas de recesión
Las políticas arancelarias también han exacerbado las presiones inflacionarias, con el nivel general de precios aumentando un 2.3% a corto plazo. Esto afecta desproporcionadamente a los hogares con menores ingresos. La fragilidad del mercado laboral se ve aún más subrayada por el estancamiento del crecimiento salarial, con los salarios manufactureros aumentando solo 10 centavos por hora en julio de 2025.
A pesar de estos desafíos, el sentimiento predominante entre varios organismos económicos sugiere que se puede evitar una recesión en toda regla. Nela Richardson, economista jefe de ADP, señaló que si bien el año comenzó con un fuerte crecimiento del empleo, ese impulso se ha visto afectado por la incertidumbre.
El Conference Board no proyecta actualmente una recesión, aunque anticipa un debilitamiento de la economía en la segunda mitad de 2025 debido a los impactos arancelarios. Se proyecta que el PIB real crezca un 1.6% interanual en 2025, antes de desacelerarse a 1.3% en 2026. Esta perspectiva está respaldada por organizaciones como ITR Economics, que cita razones como el aumento del gasto del consumidor, los indicadores positivos de ventas minoristas y una política monetaria acomodaticia como factores que previenen una recesión en 2025.
"El análisis sugiere que Estados Unidos evitará una recesión en 2025." — ITR Economics
Sensibilidad del mercado y consideraciones futuras
La mayor volatilidad en los mercados de valores subraya la sensibilidad a las discusiones en curso sobre la política comercial y sus consecuencias económicas. Para los inversores, los próximos meses requerirán una mirada perspicaz sobre varios indicadores clave. Será crucial monitorear las tendencias macroeconómicas, incluida la inflación, las políticas de tasas de interés y el crecimiento económico general, ya que estas influyen directamente en la demanda de bienes manufacturados.
La vigilancia con respecto a los desarrollos geopolíticos y las políticas comerciales, como posibles nuevos aranceles o, por el contrario, un retorno a políticas comerciales estables, también será esencial debido a su impacto significativo en las cadenas de suministro y los costos. Una resolución de estas políticas podría proporcionar un impulso significativo al crecimiento económico y la confianza del mercado a largo plazo, aliviando potencialmente las preocupaciones más amplias sobre una recesión y estimulando una reactivación en la contratación en los sectores afectados. El mercado continúa valorando las expectativas de futuras acciones de la Reserva Federal, con una probabilidad significativa de un recorte de tasas anticipado en septiembre, impulsado por el ablandamiento de los datos del mercado laboral y las expectativas de una inflación moderada.