El congresista estadounidense French Hill informa de un fuerte apoyo bipartidista a la Ley CLARITY, que busca establecer un marco legal claro para los activos digitales.
La Ley CLARITY obtiene apoyo bipartidista
El congresista estadounidense French Hill anunció que la Ley CLARITY, un proyecto de ley destinado a establecer un marco regulatorio integral para los activos digitales, ha obtenido un importante apoyo bipartidista. La declaración, informada por Bitcoin Magazine, señala un posible progreso hacia la claridad regulatoria en el mercado de criptomonedas de EE. UU.
Detalles legislativos y disposiciones clave
La Ley de Claridad del Mercado de Activos Digitales de 2025 (H.R. 3633), presentada por el representante Hill, fue aprobada por el Comité de Servicios Financieros de la Cámara y el Comité de Agricultura de la Cámara con votos de 32-19 y 47-6, respectivamente. Esta legislación tiene como objetivo aclarar los límites jurisdiccionales entre la SEC y la CFTC, asignando a esta última la autoridad principal sobre los productos básicos digitales y a la primera sobre los valores de activos digitales. Las disposiciones clave incluyen:
- Definiciones legales claras para los activos digitales.
- Un proceso de registro provisional para los intermediarios de criptomonedas.
- Protecciones legales para los desarrolladores de billeteras sin custodia.
Implicaciones para el mercado y comentarios de expertos
La Ley CLARITY tiene la intención de otorgar a la CFTC un papel principal en la regulación de los productos básicos digitales, al tiempo que preserva cierta autoridad de la SEC sobre las transacciones de criptomonedas del mercado primario. El proyecto de ley define un producto básico digital como un activo digital cuyo valor está intrínsecamente ligado al uso de la cadena de bloques, excluyendo los valores, los derivados y las monedas estables. Según el proyecto de ley, se prohibiría a una Bolsa de Productos Básicos Digitales (DCE) mezclar sus activos con los de los clientes, pero un cliente podría renunciar a esto por ciertas razones. La legislación también aborda la madurez de las cadenas de bloques, definiendo una cadena de bloques madura como una que no está controlada por ninguna persona o grupo. Los emisores que confíen en la exención deberán limitar las ventas de productos básicos digitales a 75 millones de dólares durante un período de 12 meses.
Panorama regulatorio más amplio
Los republicanos del Comité Bancario del Senado publicaron un borrador de discusión basado en la Ley CLARITY, centrándose en la modernización de la ley de valores. Este borrador se alinea con el informe de política de activos digitales de la Casa Blanca, enfatizando la necesidad de reglas claras de estructura de mercado y una coordinación federal más sólida. Con la Ley GENIUS ahora en ley y tanto la Ley Clarity como el proyecto de ley Anti-CBDC pendientes en el Senado, 2025 es un año fundamental para la regulación de los activos digitales. Se espera que el debate en curso y el refinamiento incremental continúen a medida que la claridad regulatoria siga tomando forma.
Las regulaciones de criptomonedas están teniendo un profundo impacto en las empresas que operan con activos digitales. Los reguladores de todo el mundo se están centrando en prevenir el uso de criptomonedas para actividades ilícitas, como el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, lo que lleva a la implementación de las regulaciones AML y KYC para los intercambios de criptomonedas, los custodios y otras empresas que manejan activos digitales. Estas regulaciones requieren que las empresas verifiquen la identidad de sus clientes, supervisen las transacciones en busca de actividades sospechosas e informen de dichas actividades a las autoridades pertinentes, lo que añade importantes costes de cumplimiento y complejidad operativa para las empresas. Las regulaciones están impulsando la formalización de la industria de las criptomonedas, con empresas que adoptan cada vez más prácticas financieras tradicionales, como la implementación de controles internos sólidos, la realización de auditorías y la participación con organismos reguladores, lo que aumenta la legitimidad y la confianza en la industria.