Europa entra en la temporada de calefacción con los niveles de almacenamiento de gas natural en su punto más bajo desde 2021, lo que crea posibles desafíos de suministro y beneficia a los principales proveedores de gas natural como Equinor. La posición estratégica de mercado de la compañía, su sólido programa de recompra de acciones y sus atractivas métricas de valoración subrayan su potencial de un alza significativa en caso de un repunte del precio del gas.
Europa entra en la temporada de calefacción con los niveles de almacenamiento de gas natural en su punto más bajo desde 2021, lo que plantea posibles desafíos de suministro y beneficia a los principales proveedores de gas natural como Equinor (NYSE:EQNR). Esta situación indica la posibilidad de una "crisis del gas" este invierno, lo que refleja crisis energéticas pasadas y plantea preocupaciones sobre la seguridad energética y las presiones inflacionarias.
El estado de los inventarios de gas natural europeos
A 6 de septiembre, las instalaciones europeas de almacenamiento de gas estaban aproximadamente al 79% de su capacidad, notablemente por debajo del promedio estacional de cinco años del 86%. Los inventarios actuales también son un 16% más bajos que los niveles del año pasado en el mismo período. Este déficit significativo, junto con una desaceleración en las tasas de inyección, establece un panorama diferente en comparación con el almacenamiento abundante y la débil demanda del año pasado. Los bajos niveles de inventario hacen que Europa sea particularmente vulnerable a las presiones de la demanda o a interrupciones significativas del suministro durante el próximo invierno.
Posicionamiento estratégico de Equinor en medio de la volatilidad del mercado
Equinor (NYSE:EQNR), reconocido como el mayor proveedor de gas natural de Europa, está estratégicamente posicionado para capitalizar los posibles aumentos en los precios del gas natural. Las acciones de la compañía demostraron esta correlación anteriormente, duplicándose durante la escasez de energía eólica de 2021 y la fase inicial del conflicto en Ucrania.
Financieramente, Equinor informó una disminución del 13% en los ingresos netos para la primera mitad de 2025, alcanzando los 3.95 mil millones de dólares, en gran parte debido a la caída de los precios del petróleo. Sin embargo, su producción upstream se desplazó cada vez más hacia el gas natural. Los ingresos de los dos primeros trimestres de 2025 totalizaron 55.1 mil millones de dólares, un aumento del 9% en comparación con el mismo período de 2024, aunque los costos operativos aumentaron a un ritmo más rápido, incrementándose en un 14% a 40.5 mil millones de dólares.
Las métricas de valoración de Equinor parecen atractivas, con una relación precio/beneficios (P/E) a futuro de 8. Esto es significativamente más bajo que el de sus pares de la industria, como Chevron (CVX), que cotiza alrededor de una relación P/E de 20. La compañía también se ha comprometido a retornos sustanciales para los accionistas, incluyendo un programa de recompra de acciones de 5 mil millones de dólares, que representa aproximadamente el 8% de su capitalización de mercado de 63 mil millones de dólares, y dividendos significativamente superiores a los promedios de la industria. Estos factores posicionan las acciones de Equinor como una oportunidad de inversión apalancada si se materializa una crisis del gas en Europa, con las recompras de acciones mitigando los posibles riesgos a la baja. Sin embargo, los esfuerzos de diversificación de la compañía en proyectos de energía renovable, como la energía eólica marina, han incurrido en pérdidas, que ascienden a 72 millones de dólares en el segundo trimestre, lo que destaca los desafíos financieros de la transición lejos de los hidrocarburos.
Reacción del mercado y contexto más amplio
La dinámica actual de la oferta de gas natural subraya la fragilidad del panorama energético europeo tras la reducción de los flujos rusos, y el continente ahora depende en gran medida de Noruega y Estados Unidos para aproximadamente la mitad de sus importaciones. Las proyecciones indican una disminución del 12% en la producción de gas noruego para 2030, mientras que se espera que la producción estadounidense se estanque hasta 2026. Estas limitaciones de la oferta elevan el riesgo de un aumento de precios, particularmente si Europa experimenta un invierno frío u otra escasez de generación de energía renovable, lo que podría obligarla a competir con los compradores asiáticos por cargamentos de gas natural licuado (GNL).
El sentimiento general del mercado para el gas natural se inclina al alza de cara al invierno, con NG=F cotizando alrededor de 3.07 dólares. La acumulación institucional en acciones centradas en el gas como Equinor, junto con sus agresivos programas de recompra, refuerza aún más esta perspectiva positiva de un potencial alza.
Comentarios y perspectivas de expertos
Los analistas de mercado sugieren que los patrones climáticos siguen siendo la incógnita más importante. Una repetición de la débil producción de energía renovable experimentada en Europa en 2024 podría potencialmente impulsar los precios de NG=F por encima de los 5.00 dólares por MMBtu. Por el contrario, un invierno templado probablemente mantendría los balances más cómodos, con precios estabilizándose alrededor de los 3.00-3.25 dólares.
"Los riesgos a corto plazo siguen sesgados asimétricamente al alza", señaló un análisis de mercado, aconsejando a los participantes del mercado que cubran el invierno 2025/26 y potencialmente 2026/27 ahora, mientras posponen las decisiones de cobertura a largo plazo hasta que la curva a término refleje más completamente la próxima expansión del suministro de GNL.
De cara al futuro, se prevé que la nueva capacidad de exportación de GNL de EE. UU. entre en funcionamiento a partir de finales de 2026, lo que se espera que ayude a reequilibrar el mercado global en la segunda mitad de la década. Sin embargo, las preocupaciones inmediatas incluyen los esfuerzos de reabastecimiento invernal de los principales compradores asiáticos de GNL, como China, Corea del Sur y Japón, lo que podría ajustar aún más los balances globales. El potencial de un aumento significativo del precio del gas natural, que recuerda a las crisis energéticas pasadas, sigue siendo un factor clave a monitorear en los próximos meses.