Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management, advierte sobre una posible 'nueva montaña de inflación' para la economía estadounidense, estableciendo paralelismos con el período inflacionario de la década de 1970. La advertencia destaca los riesgos de nuevos aranceles, un dólar estadounidense debilitado y el debate interno en curso dentro de la Reserva Federal con respecto a la política monetaria.

Resumen del mercado

Las acciones estadounidenses cerraron recientemente al alza, con el Nasdaq Composite alcanzando un nuevo máximo, y el S&P 500 y el Dow Jones Industrial Average también registrando ganancias. Este movimiento del mercado refleja en gran medida la anticipación de los inversores de datos clave de inflación y las expectativas de posibles recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, especialmente después de un informe de empleo de agosto más débil de lo esperado.

El evento en detalle: la advertencia de inflación de Apollo

En este contexto de optimismo sobre los recortes de tasas, Apollo Global Management ha emitido una nota de advertencia significativa con respecto a la trayectoria de la inflación en EE. UU. Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management, ha advertido sobre una potencial "nueva montaña de inflación" para la economía estadounidense, trazando paralelismos históricos con los patrones inflacionarios observados en la década de 1970.

Slok identifica varios factores críticos que contribuyen a este posible resurgimiento de la presión inflacionaria. Estos incluyen la implementación de nuevos aranceles, un debilitamiento persistente del dólar estadounidense y una fricción creciente dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) a medida que lucha por equilibrar el aumento de la inflación con la desaceleración del crecimiento del empleo. La trayectoria actual del IPC subyacente de EE. UU., como destacó Slok, se parece mucho a la ola de inflación de 1973-74, lo que sugiere la posibilidad de que surja otro pico inflacionario.

Los indicadores económicos recientes muestran una imagen mixta. Si bien el Índice de Precios al Consumidor (IPC) más amplio registró un crecimiento más plano de lo esperado en 2.7%, el Índice de Precios al Productor (IPP) fue más alto de lo anticipado, con los precios mayoristas aumentando un 3.3%. La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de alimentos y energía, alcanzó el 3.1% en julio de 2025. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica además que la inflación general anual de EE. UU. se disparará al 3.9% para fines de 2025, un aumento notable desde el 2.3% del IPC registrado en abril de 2025 antes de que se materializara el impacto total de los aranceles recientes.

Análisis de la reacción del mercado y la dinámica de la Reserva Federal

La postura actual del mercado, que anticipa en gran medida recortes de tasas por parte de la Reserva Federal –evidenciada por una probabilidad del 90% de un recorte de tasas de 25 puntos básicos en septiembre– contrasta con la advertencia de inflación de Apollo. La dinámica de "las malas noticias son buenas noticias", donde los datos laborales débiles (las nóminas no agrícolas de agosto de 2025 agregaron solo 22.000 empleos y el desempleo subió al 4.3%) refuerzan las expectativas de recortes de tasas, subraya el papel crucial de los próximos números de inflación.

"La Fed se enfrenta a un dilema clásico de Ricitos de Oro: demasiado estricta, y la economía corre el riesgo de desacelerarse; demasiado laxa, y las presiones inflacionarias podrían reavivarse", señaló un analista, destacando el precario equilibrio que el banco central debe mantener.

De hecho, la Reserva Federal enfrenta un desafío complejo: flexibilizar la política podría arriesgarse a reavivar la inflación, mientras que endurecerla podría desestabilizar aún más un mercado laboral frágil. Los debates internos dentro del banco central reflejan esta dualidad, con algunos funcionarios enfatizando la necesidad de una flexibilización proactiva y otros advirtiendo contra la exacerbación de la inflación.

Contexto más amplio e implicaciones

La advertencia de Slok y las proyecciones de la OCDE pintan colectivamente una imagen de un posible escenario de "estanflación leve", caracterizado por un crecimiento económico lento junto con una inflación persistentemente alta. Este entorno podría conducir a una reducción del poder adquisitivo del consumidor, un aumento de los costos comerciales y una inestabilidad significativa en los mercados financieros. Históricamente, la era de la década de 1970, marcada por una inflación de dos dígitos, obligó a la Reserva Federal a implementar fuertes aumentos de tasas, lo que llevó a recesiones y turbulencias en el mercado.

Si la inflación resulta ser más persistente de lo que anticipan las expectativas actuales del mercado, las implicaciones para varias clases de activos podrían ser significativas. Tasas de interés más altas y sostenidas podrían afectar los costos de endeudamiento corporativo y el crecimiento económico. Los bonos, particularmente las emisiones a más largo plazo, probablemente enfrentarían una erosión del valor real debido a la inflación persistente. El dólar estadounidense podría experimentar una mayor debilidad, lo que refleja las preocupaciones sobre la trayectoria económica estadounidense. Las acciones globales son vulnerables tanto a la desaceleración de las ganancias corporativas como al aumento de las tasas de interés.

Mirando hacia adelante

Los inversores estarán muy atentos a la próxima serie de cifras de inflación. Los precios mayoristas se publicarán el miércoles, seguidos de los números de precios al consumidor (IPC) el jueves. Estos informes servirán como pruebas críticas para el sentimiento actual de asunción de riesgos del mercado e influirán en gran medida en la próxima reunión del comité de política de la Reserva Federal. El debate en curso dentro del banco central con respecto a la inflación frente al empleo tendrá un impacto significativo en el sentimiento de los inversores y la dirección del mercado en las próximas semanas y meses.