Ventas récord de bonos denominados en euros por empresas estadounidenses

Las corporaciones estadounidenses han logrado un hito significativo en las finanzas globales, vendiendo un récord de 100 mil millones de dólares en bonos denominados en euros este año. Esta cifra representa un aumento sustancial de los 78 mil millones de dólares registrados para todo 2024, según datos de LSEG. Este aumento refleja un enfoque de financiación estratégico y oportunista por parte de las empresas estadounidenses, aprovechando las condiciones favorables en el mercado de renta fija europeo. La tendencia, a menudo denominada 'yankees inversos', ha visto una amplia participación de varios sectores.

Principales Participantes Corporativos y Detalles de Emisión

Un grupo de destacadas corporaciones estadounidenses ha participado activamente en esta oleada de bonos en euros. Alphabet (GOOGL), empresa matriz de Google, hizo un notable debut en el mercado de bonos europeo al recaudar casi 7 mil millones de euros en mayo a través de una oferta de cinco tramos. Otros actores importantes incluyen Visa (V), PepsiCo (PEP), la firma de pagos Fiserv (FI) y el gigante de las telecomunicaciones Verizon (VZ), con acuerdos individuales que van de 2 mil millones a 3.5 mil millones de euros. FedEx Corp. y Pfizer (PFE) también han recurrido al mercado del euro, algunos regresando por primera vez en años. Esta recaudación de fondos en el extranjero demuestra una creciente voluntad entre los emisores de diversificar sus fuentes de financiación.

Políticas Monetarias Divergentes Impulsan la Ventaja de Costo

El principal catalizador de este cambio es la significativa diferencia de tipos de interés entre la Eurozona y Estados Unidos. El Banco Central Europeo (BCE) ha seguido una política de recorte de tipos de interés, con tasas de alrededor del 2,25%, mientras que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) ha mantenido tasas más altas, manteniéndose estables entre el 4,25% y el 4,5%. Esta divergencia hace que el endeudamiento en euros sea considerablemente más barato para las empresas estadounidenses, ofreciendo una ventaja de tipo de interés de casi dos puntos porcentuales. A mayo de 2025, el rendimiento promedio de un índice de bonos corporativos estadounidenses se situó en el 5,3%, mientras que su equivalente europeo fue del 3,18%, lo que representa el diferencial más amplio en tres años.

Este beneficio de costo sigue siendo atractivo incluso después de tener en cuenta la cobertura cambiaria. La investigación indica que los swaps de divisas actualmente preservan aproximadamente el 80% de la ventaja de los tipos de interés al convertir la deuda en euros de nuevo a dólares. Más allá de los tipos de interés más bajos, un dólar estadounidense debilitado, que se ha depreciado un 10% frente al euro en 2025, aumenta aún más el atractivo de la deuda denominada en euros. Las corporaciones multinacionales con operaciones sustanciales en Europa pueden utilizar sus ganancias denominadas en euros para pagar esta deuda, mitigando así los riesgos de fluctuación monetaria y evitando costosas conversiones.

Implicaciones de Mercado más Amplias y Cambios Estratégicos

El sustancial aumento en la emisión de bonos en euros por parte de las corporaciones estadounidenses señala una tendencia más amplia en la dinámica de financiación corporativa global. Este movimiento estratégico permite a las empresas optimizar sus estructuras de capital y reducir los gastos generales de financiación, liberando capital para inversiones o refinanciación de deuda. La fuerte demanda de los inversores por estos bonos es evidente en la creciente proporción de emisores corporativos estadounidenses en los ETF de bonos corporativos en euros, alcanzando aproximadamente el 19%. Por ejemplo, el peso de los emisores corporativos estadounidenses en el iShares Core Euro Corporate Bond ETF aumentó a casi el 19% a finales de agosto, frente a aproximadamente el 18% a finales de 2024, lo que los convierte en los segundos más grandes después de Francia.

Además, las firmas estadounidenses han podido asegurar vencimientos de deuda más largos en euros, extendiéndose hasta 20 años, superando el rango tradicional de 5 a 12 años. Esto se debe en parte a las expectativas de un crecimiento estadounidense más fuerte en comparación con Europa, lo que hace que la deuda de las empresas estadounidenses sea atractiva para los inversores. Paradójicamente, este aumento en la emisión de bonos en euros ha llevado a una reducción en la oferta de bonos corporativos en el mercado estadounidense, contribuyendo a diferenciales ajustados para bonos corporativos de alta calidad, que alcanzaron los 0,76 puntos porcentuales a finales de julio de 2025.

Comentarios de Expertos y Perspectivas Futuras

Los analistas anticipan que esta tendencia de emisión récord persistirá mientras el euro se mantenga relativamente débil y las condiciones financieras europeas sigan siendo favorables. La decisión del BCE en septiembre de 2025 de mantener los tipos de interés clave sin cambios, manteniendo una "mano firme" en la política monetaria, contrasta fuertemente con el ciclo de flexibilización esperado de la Reserva Federal debido a un mercado laboral estadounidense debilitado. Se espera que esta divergencia política sostenida continúe influyendo en los mercados de divisas, y J.P. Morgan Global Research anticipa que el EUR/USD alcanzará 1,19 en septiembre de 2025 y subirá a 1,22 en marzo de 2026.

El cambio refleja una creciente voluntad entre emisores e inversores de diversificarse de la dependencia exclusiva del dólar estadounidense, lo que podría afectar los mercados de divisas globales y el dominio del dólar si la tendencia continúa y se expande. Si bien un dólar estadounidense debilitado puede hacer que las acciones no estadounidenses y la deuda de mercados emergentes sean más atractivas, también trae desafíos como una mayor volatilidad del mercado y mayores costos de transacción para las empresas que operan en un entorno de múltiples monedas. El acto de reequilibrio en curso, impulsado por políticas monetarias dispares y fundamentos económicos en evolución, exige una adaptación estratégica por parte de las empresas y los inversores a nivel mundial.