EE. UU. impone un arancel del 100% a los medicamentos de marca importados
La Administración Presidencial de EE. UU. ha introducido una nueva política que impone un arancel del 100% a todos los productos farmacéuticos de marca y patentados importados, con efecto a partir del 1 de octubre de 2025. Esta importante medida comercial tiene como objetivo incentivar la fabricación nacional y reducir la dependencia de la producción de medicamentos extranjeros, lo que podría remodelar el panorama farmacéutico mundial.
Mecanismos arancelarios y exposición corporativa
El arancel opera como un gravamen del 100% sobre el valor en aduana de los medicamentos de marca y patentados importados. Para una compañía farmacéutica con sede en el extranjero que importa productos a su filial estadounidense para la venta, esto significa que todo el arancel debe pagarse en la frontera, lo que afecta directamente el Costo de los Bienes Vendidos (COGS) y, posteriormente, el estado de pérdidas y ganancias. Cualquier recuperación de estos costos incrementados ocurriría posteriormente a través de ajustes de precios o descuentos.
Novo Nordisk (NVO), Sanofi (SNY) y AstraZeneca (AZN) son identificadas como las compañías farmacéuticas que enfrentan la mayor exposición monetaria a esta nueva política. Novo Nordisk, con su fuerte dependencia de las ventas en EE. UU. de productos GLP-1 importados, es particularmente vulnerable, con más del 50% de su flujo de caja libre en riesgo. De manera similar, el producto de alto margen Dupixent de Sanofi y la extensa cartera estadounidense de AstraZeneca están expuestos. Una exención crítica en la política permite a las compañías evitar el arancel si están "iniciando la construcción/en construcción" de una planta de fabricación en los Estados Unidos.
Reacción del mercado y reposicionamiento estratégico
El anuncio del arancel ha desencadenado una respuesta estratégica sustancial de la industria farmacéutica, marcada por un aumento sin precedentes en los compromisos de inversión en fabricación en EE. UU. Las principales compañías farmacéuticas han prometido más de 270 mil millones de dólares para expandir la capacidad de fabricación estadounidense durante los próximos 5 a 10 años, lo que significa uno de los mayores movimientos de relocalización industrial en la historia de EE. UU.
Sanofi ha anunciado planes para invertir al menos 20 mil millones de dólares en su capacidad de fabricación y en investigación y desarrollo en EE. UU. durante los próximos cinco años. Eli Lilly (LLY) ha estado a la vanguardia de este cambio, comprometiendo 50 mil millones de dólares a la fabricación en EE. UU. desde 2020, incluida una reciente anuncio de 27 mil millones de dólares para cuatro nuevas instalaciones. Amgen (AMGN) también está ampliando su sitio de producción en Puerto Rico con una inversión de 650 millones de dólares. Estas inversiones tienen como objetivo principal asegurar exenciones del próximo arancel.
Se cree que las valoraciones de mercado de AstraZeneca (AZN), Sanofi (SNY) y Novo Nordisk (NVO) ya reflejan estos riesgos arancelarios a corto plazo. Los analistas sugieren que estas acciones podrían apreciarse a medida que sus planes de fabricación en EE. UU. avancen y mitiguen el impacto financiero de los aranceles.
Implicaciones más amplias y beneficiarios de la industria
Esta política conlleva importantes implicaciones macroeconómicas más allá de los balances de las empresas individuales. Se espera que el impulso a la fabricación nacional mejore la resiliencia de la cadena de suministro de EE. UU. para medicamentos esenciales, abordando una dependencia histórica de la producción farmacéutica extranjera. EE. UU. importa actualmente más de 828.000 toneladas métricas de productos farmacéuticos anualmente, un aumento de siete veces desde 2000.
La política está preparada para crear beneficiarios y entidades desafiadas distintas dentro del sector. Se espera que se beneficien las Organizaciones de Desarrollo y Fabricación por Contrato (CDMO) de EE. UU. y los proveedores de equipos como Thermo Fisher Scientific (TMO), Danaher (DHR), West Pharmaceutical Services (WST) y Catalent (CTLT). Los innovadores con fuerte presencia en EE. UU. que están construyendo activamente capacidad, incluidos Eli Lilly (LLY), Regeneron Pharmaceuticals (REGN) y Amgen (AMGN), también están bien posicionados.
Por el contrario, los exportadores centrados en la UE con una exposición significativa en EE. UU. pero que carecen de construcciones de fabricación activas en EE. UU., como Novartis (NVS) y Roche (RHHBY), se enfrentan a una presión considerable. Los analistas proyectan pérdidas anuales potenciales de 800 millones de dólares para Novartis y 1 mil millones de francos suizos para Roche debido a los impactos arancelarios. La política también genera preocupaciones sobre una posible inflación de transferencia en los medicamentos de marca no sustituibles, lo que podría conducir a mayores costos de medicamentos recetados para los consumidores estadounidenses.
Perspectivas y factores clave a observar
La industria farmacéutica está navegando en un panorama regulatorio complejo y en evolución. La implementación del arancel del 100% el 1 de octubre de 2025 requerirá nuevas definiciones y un régimen de certificación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). También se espera que la Organización Mundial del Comercio (OMC) presente desafíos debido a los acuerdos farmacéuticos "cero por cero" existentes.
En los próximos meses, los factores clave a observar incluyen el progreso de las inversiones en fabricación en EE. UU. por parte de las empresas afectadas, posibles ajustes o exenciones de políticas, y el impacto más amplio en los precios y la disponibilidad de los medicamentos recetados. El éxito final de la política para estimular la fabricación nacional mientras se gestionan los costos de atención médica influirá significativamente en la estructura y la rentabilidad a largo plazo de la industria farmacéutica mundial.