Los gobiernos del Reino Unido y EE. UU. están listos para profundizar la colaboración en la regulación de criptomonedas, con el objetivo de alinear los marcos de supervisión, fortalecer la supervisión del mercado y mitigar el arbitraje regulatorio.

Resumen Ejecutivo

Reconociendo el creciente mercado de activos digitales, el Reino Unido y los Estados Unidos se están preparando para anunciar una cooperación ampliada en la regulación de criptomonedas. Esta iniciativa busca armonizar los marcos de supervisión, reforzar la supervisión de los mercados de activos digitales y reducir el potencial de arbitraje regulatorio entre jurisdicciones. La medida está respaldada por el borrador del régimen de criptoactivos del Reino Unido, publicado en abril de 2025, y la Ley GENIUS de EE. UU., que se convirtió en ley en julio de 2025.

El Evento en Detalle

La Canciller del Tesoro Rachel Reeves reveló la iniciativa durante la Semana Fintech del Reino Unido el 29 de abril, enfatizando la necesidad de cooperación internacional para asegurar el crecimiento responsable de los activos digitales. La colaboración se centrará principalmente en áreas críticas que incluyen la conducta de mercado, los estándares contra el lavado de dinero (AML) y la regulación de stablecoins. Las discusiones han involucrado a figuras como el Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, con planes de compromiso continuo a través del Grupo de Trabajo Regulador Financiero Reino Unido-EE. UU.

Deconstruyendo Marcos Regulatorios

El borrador del régimen de criptoactivos del Reino Unido, específicamente la Ley de Servicios Financieros y Mercados de 2000 (Actividades Reguladas y Disposiciones Varias) (Criptoactivos) Orden de 2025, propone incluir los "criptoactivos cualificados" y las "stablecoins cualificadas" bajo la supervisión regulatoria de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). Este marco incluye propuestas para requisitos de conducta y prudenciales para las empresas que emiten stablecoins y para aquellas que salvaguardan criptoactivos. De manera similar, la Ley GENIUS de EE. UU. establece un marco regulatorio federal integral para las stablecoins de pago, incluyendo reglas detalladas sobre respaldo de reservas, auditorías y transparencia. El Informe de Activos Digitales de la Casa Blanca enfatiza aún más la implementación clara y rápida de los requisitos de la Ley GENIUS y exige una supervisión consistente, una división clara de responsabilidades entre la SEC y la CFTC, y sólidos controles AML y de sanciones.

Estrategia de Negocio y Posicionamiento en el Mercado

Esta alineación transatlántica refleja los objetivos estratégicos de ambas naciones. El Reino Unido se ha posicionado explícitamente como un potencial centro global para activos digitales, con el objetivo de impulsar la confianza de los inversores y fomentar el crecimiento de las fintech mediante la implementación de reglas sólidas. El nuevo marco requerirá que los intercambios de criptomonedas, comerciantes y agentes con clientes en el Reino Unido cumplan con estándares claros de transparencia, protección al consumidor y resiliencia operativa, similares a los de las finanzas tradicionales. La exención de los emisores de stablecoins extranjeros de ciertas regulaciones del Reino Unido también se alinea con una política más amplia para mejorar la cooperación tecnológica con los EE. UU. Para el Reino Unido y EE. UU., la estrategia tiene como objetivo mitigar los riesgos asociados con enfoques regulatorios fragmentados mientras se fomenta la innovación, un equilibrio crítico destacado tanto por la Canciller Reeves como por el Informe de Activos Digitales de EE. UU.

Implicaciones más Amplias para el Mercado

Se anticipa que la cooperación ampliada tendrá implicaciones significativas para el ecosistema Web3 más amplio. Al reducir el arbitraje regulatorio —donde las empresas explotan las lagunas entre jurisdicciones— la iniciativa podría conducir a un mercado global de activos digitales más maduro y estable. Una mayor claridad regulatoria y estándares armonizados se consideran generalmente beneficiosos para la adopción institucional, atrayendo potencialmente a más actores financieros tradicionales al espacio cripto. Este enfoque transatlántico coordinado también podría ejercer presión sobre otras jurisdicciones, incluidos los miembros de la UE y Asia-Pacífico, para que armonicen sus propios libros de reglas criptográficas, contribuyendo así al desarrollo de estándares regulatorios globales para la industria. Se espera que el impacto a largo plazo fomente un entorno propicio para la innovación mientras se salvaguarda a los consumidores y la integridad financiera.